La Historia, con mayúscula, nos cuenta que Isabel I y su prisionera María Estuardo nunca se encontraron. Schiller, en una obra de cinco actos escrita exactamente en 1800, imaginó ese encuentro. En nuestra Isabel y María replicamos el recurso dramático, claro que con desparpajo. Suponemos que no fue amable, que Isabel I, nada menos que la creadora de un imperio (el británico), hizo valer esa condición ante una María Estuardo inerme, muy lejos del papado que le podía dar respaldo. Dos campesinos, el pueblo, asisten al suceso, lo comentan, pero no modifican para nada el resultado: María termina decapitada. La situación que imaginamos nosotros, dividida en tres cuadros, abunda en anacronismos, guiños para decodificar, para entender que las cosas del poder hoy no son tan distintas.
Espacio Escénico: Guillermo Ghio
Diseño de Vestuario: Pheonia Veloz
Producción de vestuario: Camila Ivaldi
Realización de vestuario: Pablo Figueroa
Realización de calzado y bolso: Veronica Kovar
Ambientación de prendas y elementos escenográficos: Alejandra Ferreyra
Diseño de luces y fotografía: Tamara Josefina Turczyn
Caracterización: Rosa Rivoira
Carpinteria: Sebastián Garcia Buckmayer
Banda Sonora: Miguel Ruhr
Operación de luces: Diego Becker
Diseño gráfico: Juan Carrasco
Asistencia De Producción y Dirección: Malena Moyano
Prensa: Carolina Alfonso